Bucéfalo

Posted: lunes, 13 de julio de 2009 by Cristhian Zamudio Calla in
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El día anterior a la muerte de Bucéfalo decidí estar con él. Su sitio era el patio. Esa misma noche mis padres lo habían llevado al veterinario. Éste dijo que no se podía hacer nada. Solo dejar que la mascota no sufriera más… apenas abrí la puerta él se acerco hacia mí. Tenía los ojos brillantes y gemía de regocijo. Lo acaricié y me senté junto a él. Nos miramos un buen lapso. Esta vez yo no apartaba la mirada, la mantenía fija. En cambio él sí lo hacía. Quizá porque quería beber agua… Tal vez me decías:” déjate de joder y dame agua, no ves que estoy volteando hacia el caño que esta detrás de ti”. “te vas a recuperar huevon” le decía y él agachaba la mirada. Ahora sus ojos se volvían tristes y gemía ya no de regocijo, sino de miedo. Comenzaba a temblar y a botar espuma de la boca. Decidí taparlo con una frazada y llevarlo a su casita. Sentí que lloraba. Las lagañas que cubrían sus ojos ayudaron a esa percepción, el húmedo hocico también. Me marché a mi cuarto.
A la mañana siguiente la situación se agravó. Lo busqué y ahí estaba. Cerca de él se encontraba la pelota desinflada con la que soliamos jugar . Apenas la toque con el pie ,mi perro hizo un ademán. Arrastre la redonda y Bucéfalo intento quitármela. “Quieres hacer de este último juego el más recordable amigo”… y en efecto, lo fue. No pude esquivarte. Te comportaste como un gran defensor. Una hora después te encontrabas tirado en el patio. Tu hora había llegado y lamentablemente presencia tu adiós. Tus ojos se apagaban y me hacías un guiño de despedida. Yo aparte la mirada porque una lágrima comenzaba a caer y no quería que nadie viese al extraño convertido en niño.